Paulino Massip nació en la Granadella Lérida el 11 de marzo de 1899. Durante la República estrenó varios éxitos teatrales y durante la contienda española abandonó Madrid, se instaló en Valencia y, finalmente, en Barcelona, donde dirigió La Vanguardia entre 1937 y 1938. Ese mismo año fue nombrado agregado de prensa en París por el ministro de Asuntos Exteriores. El Gobierno de México costeó su viaje al exilio y el de su familia, en mayo de 1939 junto a otros once intelectuales como José Bergamín. Massip tras dedicarse al periodismo y el teatro en México escribió más de cincuenta adaptaciones de películas. En la travesía escribió Cartas de un español emigrado. A su llegada a México en 1939 se integró a la S.E.R.E., y dirigió el Boletín del Comité Técnico de Ayuda a los Republicanos Españoles. Colaboró en la revista Mañana; publicó sus Cartas a un español emigrado (1939) y se nacionalizó mexicano en 1941. Alternó teatro, novela y el relato corto con la escritura de guiones cinematográficos, la adaptación y traducción de textos. En 1940 Elena Iris la gran actriz del teatro le presentó al productor Agustín J. Fink quien le encargó el guion de ¡Ay qué tiempos señor don simon! de Julio Bracho y La casa del rencor de Martínez Solares y Eduardo Ugarte. Pero Ugarte al ser despedido por no entregar a tiempo sus encargos culpó a Massip de su marcha, ante la indignación de éste. Después colaboró en La Barraca, siendo premiado con un Ariel y hasta 1955 comenzó una fructífera relación con el productor José Grovas. Destacan de su obra El verdugo de Sevilla (1942), de Fernando Soler, adaptación de una obra de Muñoz Seca; Lo que va de ayer a hoy (1945), No basta con ser charros (1945) y Los maderos de San Juan (1946), de Juan Bustillo Oro; o Jalisco canta en Sevilla (1948), coproducción hispano - mexicana dirigida por Fernando de Fuentes y protagonizada por Jorge Negrete. Durante los 50 fue integrándose en la vida cultural mexicana.