Carlos Martínez Baena nacido en 1889 en Madrid vivió su infancia ya en México antes de la guerra. Tras iniciar su carrera artística en el cine mudo regresó a España para trabajar para Jacinto Benavente o Gregorio Martínez Sierra, mientras que se aventuró hacer cine con El canto de un ruiseñor (1934) de Carlos San Martín y Luis Candelas (1936) de Fernando Roldán estrenada ya en la guerra. Fue coguionista junto a Ramón Olivera del documental El frente y la retaguardia o División heroica, (1937) siendo sus últimas actividades antes de su exilio. En México fue un prolífico actor secundario desatacando en multitud de películas, en muchas ocasiones a las órdenes de Luis Buñuel o Mario Moreno "Cantinflas" : ¡Ay, qué tiempos señor don Simón! (1941), La mujer sin alma (1944), La diosa arrodillada (1947), La bien pagada (1948), El supersabio (1948), Lola Casanova, (1949), El portero (1950), El siete machos (1951), Secretaria particular (1952), El 1953), El río y la muerte, en (1954), Ensayo de un crimen (1955, La mujer que no tuvo infancia (1970, entre muchas otras